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No es hora de rechazar todavía

GONZALO GARCÍA Constitucionalista y profesor de la U. Alberto Hurtado, ex ministro del Tribunal constitucional

Por: GONZALO GARCÍA | Publicado: Jueves 28 de septiembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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GONZALO GARCÍA

Ahora sí que la agenda política se tomó el proceso constitucional, pero de la peor manera, presidencializando su alcance. Porque adelantar conclusiones puede ser un error frente a un texto que durante octubre adquirirá perfil cuasi definitivo.

No es hora de estar en contra de todo lo propuesto. Parte de la actual oposición al texto vive como subsidio del rechazo de 2022. Articular razones es central para explicar un favor o en contra. La estrategia silenciosa de meses para proteger este proceso ya le hizo gran daño. Es hora de comunicar.

“¿Cómo superamos las brechas entre un proyecto de Constitución y un proyecto de sociedad? ¿Por qué nuevamente las iniciativas populares no tienen importancia? Hay que aparcar la competencia presidencial y poner a la Constitución en el centro.”

No es momento de rechazar aún si eres partidario del Gobierno, porque el escenario puede cambiar en la campaña y un adelanto irreflexivo, puede convertirse en un plebiscito contra el Gobierno. Es hora de comparar.

Para rechazar no hay que compararlo con la propuesta 2022: mantener la Constitución o estar a favor del proyecto 2023 es el dilema. La pregunta no es si lo propuesto es regresivo en relación al 2022. En el diseño, hay que examinar el retroceso con la Constitución en paridad, derechos sociales, ambientales, laborales, y en participación ciudadana.

Por supuesto que el pre-proyecto contiene retrocesos para la sociedad democrática, porque más allá de organizar el poder bajo un Estado Social y Democrático de Derecho, concede privilegios a los que más tienen, debilitando deberes públicos (exención de contribución a la primera vivienda, reingeniería tributaria, compensaciones por cuidados y estudios, objeción de conciencia institucional, propiedad de las cotizaciones previsionales, etc.).

Además, debe superar errores, como reducir potestades del Banco Central, eliminar la impugnabilidad de los actos trámite, reorganizar mejor la gobernanza judicial, eliminar la incursión del TC en los conflictos internos de tramitación de leyes del Congreso, etc. Banalizar la Constitución ha sido otro gran error simbolizado con la cueca y el rodeo.

No es tiempo de aprobar aún. ¿Cómo superamos estas brechas entre un proyecto de Constitución y un proyecto de sociedad? Hay que aparcar la contienda presidencial y poner a la Constitución en el centro. No puede ser una salida sólo de la derecha ni debe entregarle razones a la centroizquierda para que se debiliten las bases constitucionales comunes que estaban en el anteproyecto. ¿Por qué nuevamente las iniciativas populares no tienen importancia?

Es hora de reclamar las normas que vulneran las bases institucionales (pueblos indígenas que no tienen derechos constitucionales propios; un interés superior del niño que no le otorga al juez amplitud jurisdiccional para resolver cómo se manifiesta ese interés; una propuesta detallista anticorrupción que impone severas normas al Estado, pero no menciona obligaciones para el sector privado cuando éste ejerce funciones públicas).

Es hora de reflexionar en las etapas que vienen. La continuidad de las votaciones del pleno del Consejo obliga a cambiar la actitud pro acuerdos transversales. La Comisión Experta tiene una función restauradora después del 7 de octubre.

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